[Sobre la campaña de CONACE contra el consumo de Marihuana]
En el frontis de la casa central de la Universidad de Chile un centenar de jóvenes se manifiesta en contra de la nueva campaña de CONACE para prevenir el consumo de marihuana: “Vuelve a ser inteligente, no fumes marihuana”.
Claramente están indignadísimos: ellos aún saben cómo atar sus cordones y hacer hielo en el congelador. “¡Pero qué ofensa más gratuita la que nos lanza el gobierno!”, debe pensar la juventud marihuanera. “¡Ahora los descalifica tratándolos de imbéciles!”, reclama, refiriéndose en tercera persona, uno de los manifestantes consultados por LUN el día de hoy. “Exigimos la renuncia de la directora del CONACE”, agrega luego.
Si la intención del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes fue dar que hablar, generar debate y remecer un poco la escena nacional, a todas luces, ha dado resultados positivos. Sin embargo, siendo un propósito claro la disminución en el consumo de la sustancia entre la juventud, si bien aún quedan varios meses antes de sacar cuentas, la actitud de rechazo, asumida por los jóvenes, da señales bastante negativas.
No es lo óptimo evaluar a una campaña del gobierno por sus intenciones, sin embargo es innegable que, más allá de la reacción de la juventud que, por lo demás, es la primera vez que ven ridiculizada su imagen como consumidores de marihuana (ni pío dijeron los fumadores cuando una dentadura amarilla invadió las cajetillas de cigarro), el plan detrás de esta maniobra era, por decir lo menos, maestro.
¿Se conseguiría algo enviando el típico mensaje “La Marihuana es ilegal, no la fumes”?
Claramente, se generaría el comprobado fenómeno que se da en los jóvenes cuando les dicen “prohibido hacer esto”. Por aquella misma razón, muchos argumentan que lo más inteligente sería quitarle la condición de ilegalidad al consumo del estupefaciente y, de ese modo, quitar aquella sensación de “poeta-rebelde” de los grupos recostados en los parques consumiendo “la sustancia ilícita”.
“¿Qué hacemos entonces?”, habrá pensado el Gobierno; “digamos las cosas (al más puro estilo de aquella marca de gaseosa) como son”. Y es que, ciertamente, las cosas así son, y la campaña no dejó de lado aquel detalle: la marihuana te desmotiva, altera tu memoria, es adictiva y baja tu rendimiento. En otras palabras, dejas de ser lo inteligente que eras: te vuelves tonto.
Si no hay que ser un especialista para comprender que entre menos motivación tengas para realizar las actividades, menos capacidad de memoria conserves y más disminuyas tu rendimiento, no es extraño que, un día, luego de una sesión intensa de consumo de la droga, no seas capaz de atar los nudos de tus zapatillas, entonces ¿de qué alegan tanto, señores?
La función de CONACE también es clarísima; controlar el consumo de estupefacientes que podrían estar ocasionando efectos dañinos en algún sector de la ciudadanía.
Si hubiesen utilizado otra combinación de calificativos, si el mensaje hubiese sido un poco más cariñoso para la sensible juventud nacional, algo así como: “vuelve a sacarte puros siete, no fumes marihuana, fuma otra cosa”, otra historia contaríamos
Eso sí, ojo, que el discurso del CONACE no ronda en la idea de “¿fumaste marihuana? Ya no eres inteligente”. Nada de eso, el mensaje es claro; VUELVE a ser inteligente, es decir, aún hay tiempo, muchacho consumidor, aún hay tiempo.
De ninguna manera, el adulto que recibe remuneración, aquel treintañero con su correspondiente rol único tributario, dejará de consumir marihuana al encontrar esta propaganda mientras realiza un zapping dominical.
Más de la mitad de los adolescentes, secundarios y universitarios, tampoco obedecerá al mensaje de CONACE. Y no se oye solo en el frontis de la Universidad de Chile, en los eventos sociales juveniles y en los foros de Internet la postura también se ve clara y tajante: “chao con la campaña de CONACE, yo sé sacar un cuaderno de la mochila”.
Sin embargo, no sería negativo que por allá por marzo, cuando se empiecen a sacar cuentas de la efectividad de la campaña, las encuestas no apunten, necesariamente, al adulto-joven, a quien, por lo demás, no está dirigido el discurso, ni al adolescente rebelde. Talvez la clave estará en acercarse al pequeño entre 8 y 13 años, aunque suene absurdo y preguntarle, de frentón, ¿fumarás marihuana cuando entres a la universidad? o, ¿aún admiras a tu hermano cuando lo ves con amigos fumar marihuana?
Observemos los resultados que de ahí salgan y luego veamos si los hermanos mayores se deciden, de una vez, a volver a ser inteligentes. Al menos como algo temporal; si tan difícil no debe ser.
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Hace 7 años
3 comentarios:
Es súper interesante tu análisis. Y la campaña de seguro está dando que hablar: debo decir que cuando la ví con mi hermano de seis años, primero me emputecí, pero después me cagué de la risa con él. ¿Vamos a fumar marihuana? ¡Vamos!, respondió el enano, y seguimos con grandes carcajadas.
Yo creo que todos tenemos un conocido que fuma marihuana, o que al menos la ha probado. En mi caso, yo no los encuentro tontos. Es verdad que la droga mata tus neuronas y, por tanto, te hace más tonto, pero la campaña para evitar su consumo está muy mal hecha, desde mi punto de vista.
Porque, como tú bien lo dijiste, los jovenes son y somos rebeldes. Y qué mejor forma de reírse de la campaña que no hacerle caso. Esa sería mi reacción: "fumo marihuana y no soy tonto, así que seguiré fumando".
Porque, ¿quién va a reconocer que es tonto? Naaadie, ni por muy sicero que sea. Todos nos queremos un poquito.
Tampoco se que tipo de campaña sería más efectiva: quizás una más real, un "Don Miguel" drogadicto o algo así.
Pero ridiculizando no se consigue nada.
Saludos!!
Vale decir que no tengo nada personal en contra de los fumadores de marihuana xD. Es netamente una valoración objetiva a una campaña del gobierno.
El punto es que, claro, no pongo en duda que una visión puede ser que cada cual hace con su cuerpo lo que estime conveniente y quienes alguna vez han consumido maruhuana probablemente no sean tontos, pero no puedo desconocer que he compartido con bastante gente drogada y no digamos que me he sentido conversando con genios. El daño, como miles de otros productos en el mercado, que genera, es evidente. Y si el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes no se encarga de frenar eso, o aunque sea advertirlo... ¿ entonces quién? Si al final, sintiéndome un poquito como miembro de una comunidad, es fácil percibir que esto, a la larga, nos afecta a todos.
"El 70% de las personas en tratamientos con drogas empezaron con marihuana", dice claramente uno de los spot. Pucha, si no nos interesa eso, entonces igual se es un poco egoista. Las situaciones más pencas en las familias chilenas se dan por las adicciones. Y no me refiero a los jóvenes que reciben su mesada del papito y se la gastan en drogas. Me refiero al padre que no llega a la casa con el sueldo porque se lo fumó todo.
En la crítica es bastante claro, en todo caso, que yo concuerdo con que la campaña no está siendo muy efectiva en la juventud (por no decir que ningún joven la va a pescar xD). Y, desgraciadamente, es a la juventud a quienes apunta.
Uno de las mentes detrás de la campaña (cuyo nombre no recuerdo xD), decía en una entrevista en Vía X que el propósito no es persuadir a los adultos. Ahí ya es poco lo que se puede hacer. La idea
es que el estudiante "el futuro del país", se dedique a lo que tiene que hacer ...estudiar. Y no me pareció tan descabellado eso. Se que estoy sonando como un viejo de mierda xD...pero es tan simple como que un camino tan válido para luchar por una mejor calidad en la educación es exigiendo mejores docentes para las escuelas pública, cambiar este y el otro proyecto de ley,etc, otro método, igualmente válido, por parte del gobierno, es pedir (suplicar) que las salas de clases en colegios y universidades no se llenen de estudiantes con una baja motivación, con una pésima memoria y un mal rendimiento (suena feo, pero pucha´, así es). Crease o no...eso genera bajos niveles de competencia, interés...bajo nivel en la educación.
Es triste, para quienes considerábamos que esta maniobra de Conace era "maestra" xD, el ver que causó tal repulsión en los consumidores. Fue, me imagino, como recibir la realidad como un balde de agua fría. Es, para mí, mostrar lo que se prefiere no mostrar... si, al final, como tu dijiste, nadie se escapa de haberse fumado un pitito alguna vez xD.. pero eso no implica que el gobierno deje de hacerse cargo de lo que tiene que hacerse cargo.
Empezar un cambio que, como cualquiera, va a doler al comienzo. (O si no recordemos que hace algunas décadas Pedro Picapiedra hacía publicidad a marcas de cigarrillo xD).
Hoy, es necesario decir, aunque cause pataletas, que la marihuana no es solo sinónimo de Bob Marley, gente-chora-de-American Pie y rockeros rebeldes, también y, por lo general, para el ciudadano común y corriente, las drogas son sinónimo de problemas. Bastante problemas.
Hoy quizás nadie va a pescar la campaña. Por eso, tratando de conservar la esperanza xD, yo miraba a los niños más pequeños... pero si me dices que a tu hermano de 6 años lo invitas a fumar un caño, me hace pensar que chuta...algo no está bien xD. A los 6 años yo hacía pasteles de barro en el patio de mi casa xD.
Con mi hermano de 12 años también vimos la propaganda. Él va en séptimo y tiene un montón de compañeros agrandados que, demás, se llenan la boca hablando de pitos. Sin embargo con él yo también me reí de la campaña, pero no nos reímos de una ridiculización de la realidad. Nos reimos netamente de la realidad... es que, la realidad puede ser más ridícula de lo que pensamos xD
Jajajaja! si, algo ya me decía que soy una mala influencia para mi hermano xD
Harto larga tu respuesta pues hombre... insisto: no me gusta la campaña, no la encuentro efectiva, pero si logra salvar al "futuro joven" (yo creo, encarnado en tu hermano de 12), aunque sea sólo a uno, será algo positivo.
Beso
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